Después de 2 años, COVID-19 sigue más activo que nunca en el mundo, y más con el advenimiento de la variante ÓMICRON; que ha resultado altamente contagiosa, aumentando la posibilidad de reinfecciones por evasión inmune. Ómicron está produciendo menos compromiso pulmonar y por ende menos tasa de hospitalizaciones y muertes, pero eso no significa que sea totalmente benigna, ya que siguen ocurriendo, en particular en los no vacunados, hospitalizaciones, complicaciones, muertes, COVID prolongado y otras secuelas.

En el 2022 las circunstancias son totalmente distintas a las iniciales.  Hoy en día sabemos más de la enfermedad, conocemos cómo protegernos mejor, disponemos de vacunas muy bien estudiadas que han demostrado eficacia y seguridad, existe mayor inmunidad en buena parte de la población, y en general conocemos mejor de la patogenia de la enfermedad y como abordarla terapéuticamente.

Queremos resaltar lo aprendido, y fortalecer individual y colectivamente lo que debemos hacer:

– AUMENTAR LA COBERTURA DE VACUNACIÓN: todavía hay muchas personas que no se han vacunado por múltiples razones, por lo cual debemos fortalecer las estrategias educativas, mejorar el acceso a la vacunación en los grupos poblacionales que por razones geográficas, culturales o sociales se les ha dificultado el ser vacunados.

 – VACUNACIÓN EN NIÑOS: se debe seguir ampliando la vacunación en niños desde los 3 años de edad con SINOPHARM y SINOVAC. En la medida que se tengan los resultados de nuevos estudios es probable que se amplie la edad de vacunación a menores.

– REFORZAR LA VACUNACIÓN: se ha aprendido que la inmunidad producida por la vacunación o por la infección no es tan duradera como se esperaba, por lo cual se ha instaurado de manera escalonada la colocación de terceras dosis o refuerzos en las personas que tienen más de 6 meses de la segunda dosis de vacunación contra COVID-19.

– USO DE MASCARILLAS: se debe seguir promoviendo el uso de mascarillas de manera universal, en especial en espacios cerrados, donde no se pueda mantener las distancias o ante aglomeraciones. Se debe incentivar y facilitar en las personas más vulnerables o con mayor riesgo de contagio el uso de mascarillas con mayor capacidad de protección como la N95, KN95 o doble mascarilla (quirúrgicas de 3 capas con una de tela por fuera). – DISMINUIR LOS RIESGOS: el procurar mejorar la ventilación de los espacios, mantener los distanciamientos físicos y evitar aglomeraciones son prácticas que ayudan a disminuir la transmisión de COVID-19.

– HIGIENE DE LAS MANOS: esta es una práctica importante que debemos transformarla en un hábito, ya que con ello reducimos la transmisión de distintos procesos infecciosos: respiratorios, por contacto y oro fecales.

– OPTIMIZAR LAS ESTRATEGIAS DIAGNÓSTICAS DE ACCESO GRATUITO: es importante ampliar la disponibilidad gratuita de pruebas directas para COVID-19 por antígeno y pruebas moleculares tipo PCR-RT o semejantes, preferiblemente rápidas, de modo que las personas sintomáticas y sus contactos puedan aislarse oportunamente en caso de positividad. – CUARENTENA DE VIAJEROS: los controles aeroportuarios pueden dejar escapar a algunas personas que están justo en periodo de incubación de la infección, o que se contagiaron en el avión o en los aeropuertos. Es por eso razonable que los viajeros voluntariamente eviten contacto estrecho con otras personas susceptibles al menos por 5 a 10 días, en la espera de delimitar si desarrollan enfermedad o resultan positivo a alguna prueba diagnóstica adicional.

– NO AUTOMEDICARSE: tomar medicamentos o productos sin el conocimiento adecuado puede implicar un riesgo potencial de mayores problemas, efectos adversos interacciones, intoxicaciones, complicaciones y gastos innecesarios.

– EN LA MAYORÍA DE LOS CASOS LEVES Y MODERADOS EL TRATAMIENTO ES SINTOMÁTICO: los tratamientos médicos deben ser individualizados. En la gran mayoría de los casos leves y moderados, de manejo ambulatorio o en casa, no se requiere de ningún tratamiento específico, más allá de los que busquen aliviar algunos síntomas como el malestar, fiebre, congestión o tos. Preocupa el uso inadecuado de antibióticos en una infección eminentemente viral. Igualmente resulta inadecuado el uso de dexametasona u otros esteroides sistémicos en los casos leves o moderados, lo cual puede ser totalmente contraproducente.

– LOS ANTIVIRALES Y ANTIBIOTICOS DEBEN SER DE USO RESTRINGIDO, Y SU VENTA DEBE SER CON RECIPE MÉDICO: actualmente se dispone de nuevos antivirales contra COVID-19, pero que tienen indicaciones muy puntuales, en fases muy específicas de la enfermedad, y para ciertos pacientes específicos de riesgo. Preocupa la exagerada prescripción de ciertos tratamientos y su venta libre sin regulación.

– LOS PRESCRIPTORES TIENEN EL DEBER ÉTICO Y LEGAL DE ESTUDIAR CON PROFUNDIDAD LOS ASPECTOS DIAGNÓSTICOS, CLINICOS Y TERAPEÚTICOS DE COVID-19: con gran preocupación se ha observado en algunos profesionales de salud, prácticas inadecuadas que demuestran insuficiente conocimiento médico. Para ellos nombramos algunos ejemplos.

  • Largas listas de medicamentos no siempre son mejor, ya que potencian toxicidades e interacciones. Adicionalmente existe suficiente evidencia médica sobre Ivermectina, Azitromicina, Hidroxicloroquina, entre otros, que no sirven contra COVID-19.
  • Los antibióticos no sirven contra COVID-19, e indicar múltiples antibióticos, o en dosis muy altas, promueve mayor toxicidad, aparición de efectos adversos, y costos inadecuados.
  • Molnupiravir o Favipiravir, son análogos nucleósidos que NO deben darse en mujeres embarazadas, o en jóvenes en edad fértil reproductiva, por la potencialidad de teratogenicidad.
  • Dioxido de cloro y ozonoterapia NO deben utilizarse bajo ninguna circunstancia por no tener ningún respaldo científico, tener toxicidades y riesgos potenciales inaceptables, y ser considerados pseudociencia y hasta fraude de salud.

Desde la Sociedad Venezolana de Infectología seguiremos todos empeñados en seguir ofreciendo nuestro apoyo, nuestro esfuerzo, asesoría y conocimientos en pro de buscar alcanzar la importante meta de prevenir, disminuir y controlar los distintos problemas infecciosos que afectan o pueden afectar a nuestra población.

 

Fuente: Comunicado SVI-18 de enero de 2022
Autores: Junta Directiva SVI. Presidente: Dr. Manuel Figuera. Vicepresidente: Dra. Patricia Valenzuela.
Secretaria General: Dra. Marbelys Hernández. Secretario de Actas: Dra. María Viki Zabaleta.
Tesorera: Dra. Yrene Vásquez. 1er. Vocal: Dra. Maylí Carnevale. 2do. Vocal: Dr. Roque Aquad. 3er. Vocal: Dra. Gianmary Miozzi.